Mi vida se ha convertido en un ir y venir de sensaciones. Todo parece ser como un palíndromo que se lee igual de inicio a fin que viceversa. Hace tiempo que aprendí que perder la capacidad de sorpresa sería desastroso, pero jamas pensé que lo fuera de una manera tan catastrofica. Duele decir que a mis 18 años siento como si todo lo que viene pudiera predecirlo, yo sabría tus reacciones, yo sabría tus sonrisas. No me soprendería que terminaras amandome; tampoco, que lo hicieras odiandome. Si me besas o me golpeas, no habrá sorpresa, solo reacción. No hay nada más humano y sensible que la sorpresa. Ver la luna y encontrarla gigante y hermosa y enamorarse de ella una noche de Octubre, sentir un orgasmo por primera vez, entender que una caricia tiene más capacidad para enamorarme que diez mil de tus versos, descubrir que puedo saber, aprender y entender más de lo que creí, todo esto era sorpresivo, besar, enamorar, informar, aprender fueron palabras que con el paso de los años fueron perdi...
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